Thomas Blank y Karl Adamek, doctores de la universidad de Münster, llevaron a cabo un estudio basado en las experiencias vividas de más de 500 escuelas infantiles alemanas. El estudio reflejó que un 88'9 % de los niños y niñas que cantaban habitualmente mostraban un mayor desarrollo del habla, de la conducta social y del control de la agresión. Estos estaban mejor preparados para enfrentar la escolarización en primaria en comparación al 44'1 % de los que no cantaban o cantaban mucho menos.
Además, son sobradamente conocidas las capacidades de la educación musical para contribuir en la mejora de la adquisición de la lectura, de la memorización, del desarrollo motor (motricidad fina y gruesa), o de la habilidad para entender conceptos matemáticos.
No cabe duda de que la música es un estímulo en el aprendizaje infantil, cualquier actividad y juego que incluya canciones tienen un mayor acogimiento en ellos. Pero la música no solo es entretenimiento y diversión, sino que contribuye a un mejor desarrollo físico, mental y social del ser humano.
A pesar de lo que muchos adultos y docentes opinen, la música es una poderosa herramienta dentro de la educación. Y como dice Nicolás Rojas: "Nosotros no queremos llenarlos de contenidos e instruccciones: lo que queremos es que produzcan conocimiento e ideas a través de ella".
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